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Raquetas de nieve en los Pirineos: Lecciones de un día desafiante | Beback

Dos personas caminando con raquetas de nieve por un paisaje helado.

Hola, soy Enric Carrasco, y hoy quiero compartir una experiencia con raquetas de nieve que viví hace un par de inviernos en los Pirineos. No fue una expedición extrema ni un reto que me llevase al límite, pero fue un día que me enseñó mucho sobre la importancia de estar bien preparado, incluso para actividades aparentemente sencillas en la naturaleza.

Experiencias para aprender

Este post será el primero de cuatro historias que narrarán experiencias personales que me han dejado importantes enseñanzas, las cuales han mejorado mi habilidad para moverme con más confianza y seguridad en la naturaleza. Practicar deportes al aire libre es una actividad apasionante, pero también conlleva riesgos. Por eso, mantente al tanto de Beback y no te pierdas los próximos posts para seguir estas cuatro anécdotas y aprender de ellas.

Raquetas de nieve, una nueva experiencia

Decidí probar algo nuevo ese invierno: una caminata con raquetas de nieve. Siempre había oído hablar de esta actividad, pero nunca me había animado a intentarlo. Así que, junto a un amigo que ya tenía algo de experiencia, nos dirigimos a una zona cercana a Vall de Núria. Llegamos temprano por la mañana, el sol estaba apenas asomando y el aire era frío pero agradable. Nos abrigamos bien, con varias capas, y colocamos las raquetas de nieve en nuestros pies.

La primera parte de la caminata fue tranquila, casi relajante. Las raquetas se hundían ligeramente en la nieve fresca, y el paisaje era espectacular, con los árboles cubiertos de blanco y el silencio solo roto por nuestros pasos. Me sentía confiado, como si hubiera dominado la técnica en cuestión de minutos. Pero claro, ahí es donde a veces uno se confía demasiado.

A medida que avanzábamos, el terreno se fue haciendo más empinado. No era nada extremo, pero sí lo suficiente para empezar a sentir el cansancio en las piernas. El esfuerzo de levantar las raquetas en cada paso se volvió más pesado de lo que esperaba. Mi amigo iba unos metros adelante, y yo empecé a rezagarse, sintiendo cómo la energía se me iba agotando más rápido de lo que había anticipado.

De pronto, al intentar acelerar el paso para alcanzarlo, una de las raquetas se quedó atascada en una roca oculta bajo la nieve. Perdí el equilibrio y caí de espaldas. La caída no fue grave, pero el golpe en el orgullo fue fuerte. Me quedé ahí, tumbado en la nieve, mirando el cielo y pensando en lo subestimada que había tenido la situación. No era una actividad de alto riesgo, pero incluso en algo tan simple como caminar en la nieve, el entorno invernal te puede sorprender.

Persona camidando en medio de un bosque helado.

Con la ayuda de mi amigo, me levanté y sacudí la nieve de mi ropa. Nos reímos un poco, aunque me sentí algo torpe por no haber prestado más atención al terreno. Continuamos la caminata a un ritmo más pausado, y aprendí a adaptar mis pasos a la superficie irregular, evitando la falsa sensación de seguridad que a veces da la nieve. Al final de la jornada, estábamos agotados pero satisfechos. No habíamos cubierto tanta distancia como habíamos planeado, pero fue una experiencia gratificante.

Conclusiones y consejos:

  1. No subestimes las actividades invernales, aunque parezcan sencillas. Caminar con raquetas de nieve parece fácil al principio, pero el terreno puede ser traicionero y agotador.
  2. Escucha a tu cuerpo y ajusta el ritmo. El cansancio llega más rápido en invierno, cuando el frío y el terreno nevado añaden un esfuerzo extra.
  3. Lleva siempre el equipo adecuado. Asegúrate de que tu calzado sea el correcto, que llevas ropa de capas para adaptarte al clima cambiante, y que tienes algo de experiencia antes de aventurarte en terrenos más complicados.
  4. Disfruta del paisaje, pero no pierdas la concentración. La nieve puede ocultar obstáculos como rocas o ramas, por lo que es importante estar atento a donde pisas.

Espero que esta pequeña historia te sirva de inspiración, y sobre todo, de recordatorio de que la naturaleza, aunque maravillosa, siempre requiere de respeto y preparación. Si te ha gustado, sigue atento al blog de Beback y nuestras redes sociales para más historias y consejos que te ayudarán a disfrutar de tus aventuras en la naturaleza de manera segura.

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