Hola, soy Enric Carrasco, y desde que probé el snowboard hace algunos años, me enganché por completo. Esa mezcla de libertad y adrenalina que sientes cuando desciendes una pendiente cubierta de nieve es algo difícil de describir. Pero, como aprendería un día en los Pirineos, el snowboard es mucho más que deslizarse rápido: se trata de controlar cada movimiento, cada giro y cada decisión en la pista.
Snowboard mi deporte favorito
Este es el ultimo post de mis experiencias con deportes en invierno que han hecho que consiga estar con más confianza y seguridad en la naturaleza. Te dejamos aquí el link a la anterior historia que añadira contexto al tema. Practicar deportes al aire libre es una actividad apasionante, pero también conlleva riesgos. Por eso, mantente al tanto de Beback y no te pierdas los próximos posts.
Velocidad y Control
Era enero, y las montañas estaban en su máximo esplendor. Mis amigos y yo habíamos planeado un fin de semana de snowboard. Estábamos emocionados porque las condiciones parecían perfectas: nevadas recientes, pistas bien preparadas y cielos despejados. Después de los problemas que había tenido ese invierno con otras actividades, pensé que aquí todo sería más sencillo. Al fin y al cabo, ya tenía bastante experiencia en snowboard y conocía bien los Pirineos.
Al llegar a la estación, el ambiente era espectacular. Nos preparamos rápidamente y subimos en el telesilla hacia la cima. La primera bajada fue todo lo que esperaba: la nieve estaba en perfectas condiciones, y las pistas, aunque un poco concurridas, permitían hacer maniobras sin demasiada dificultad. Después de varias bajadas en pistas azules, decidí que era el momento de probar algo más desafiante. Había una pista roja que ya conocía, pero que nunca había probado con tanta nieve reciente. Me sentía confiado, tal vez demasiado.
Comencé a descender con buen ritmo, sintiendo cómo la tabla respondía a cada giro. Sin embargo, a mitad de la bajada, noté que la nieve en esta zona era más profunda de lo que había calculado. La tabla comenzó a hundirse un poco, lo que me hizo perder algo de control. A pesar de ello, decidí continuar sin demasiada preocupación, hasta que cometí un error crucial: intenté girar bruscamente para esquivar a un esquiador que se cruzó en mi camino.
El giro fue demasiado forzado y, con la nieve profunda, la tabla quedó atrapada, lanzándome hacia adelante. No fue una caída aparatosa, pero fue lo suficientemente fuerte como para hacerme rodar unos metros sobre la nieve. Al levantarme, me di cuenta de que no había sido solo una caída: la tabla se había salido de la bota trasera, un claro indicio de que no la había ajustado correctamente. Mientras me sacudía la nieve del cuerpo, me quedé pensativo. Había subestimado la importancia del control y la revisión del equipo, algo que no debería haber hecho nunca, y más en una pista más difícil.
Después de ajustar correctamente la tabla y asegurarme de que todo estaba en su lugar, completé la bajada con más cautela. El resto del día fue tranquilo, pero esa caída me había dejado claro que el snowboard, incluso cuando te sientes confiado, requiere de atención constante. No se trata solo de velocidad y adrenalina, sino de respetar las condiciones de la montaña y ser consciente de tus propios límites.
Conclusiones y consejos:
- Revisa tu equipo antes de cada bajada. No importa cuántas veces hayas usado tu tabla o tus botas, asegúrate de que todo está bien ajustado antes de lanzarte a una pista. Un simple desajuste puede causar una caída o una lesión.
- Adáptate a las condiciones de la nieve. No todas las pistas son iguales, y las condiciones de la nieve pueden variar mucho incluso dentro de la misma montaña. Si la nieve está muy profunda o compacta, ajusta tu técnica y velocidad para mantener el control.
- El control es más importante que la velocidad. En el snowboard, la tentación de lanzarse a toda velocidad es fuerte, pero si no controlas bien la tabla, una caída puede ser inevitable. Prioriza siempre el control sobre la velocidad, especialmente en pistas complicadas.
- Conoce tus límites. Si decides probar una pista más difícil, hazlo de manera progresiva. Evalúa tus habilidades y no te arriesgues si no te sientes completamente preparado. La montaña puede ser muy impredecible, y es mejor ir con calma.
Reflexión final:
Este invierno me ha desafiado más de lo que esperaba. Cada actividad que he intentado ha tenido su propio conjunto de lecciones, desde las raquetas de nieve hasta el senderismo y la bicicleta de montaña. Y ahora, el snowboard me recordó que incluso en algo que disfruto tanto, siempre hay margen para aprender. Este invierno ha sido complicado, con caídas y errores, pero estoy seguro de que cada una de estas experiencias me hará mejor para futuras aventuras.
Si algo me ha quedado claro es que la preparación y el respeto por la naturaleza son esenciales en cualquier deporte de invierno. Así que si tienes ganas de lanzarte a la montaña, te animo a que sigas atento al blog de Beback y redes sociales, donde seguiré compartiendo consejos y experiencias para que puedas disfrutar de la naturaleza sin contratiempos. ¡Nos vemos en la próxima aventura!
